Crónica de un evento no anunciado

¡¡Buenas tardes de jueves a todo el mundo!!

Después de las fechas navideñas, y de haber estado liada por haber recibido un miembro más en la familia, (esto de ser tía es durísimo y más si el niño que nace es el primero del año en tu ciudad...), retomo las tardes de jueves en el blog, que ya os echaba de menos...

Ayer la lié. Sí, y muy parda. Tan parda que tenía que escribiros sobre lo que he encontrado. Os pongo un poco en situación porque es para reírse y mandarme directa al manicomio, pero a uno de los del siglo XVI, y pronto entenderéis por qué. 

Ayer miércoles, 3:24 de la mañana. Y pensaréis: ¿Qué hace esta muchacha a esas altas horas de la madrugada despierta? Pues veréis, los nervios por las prácticas, este último curso en la escuela y la nostalgia de, supongo, ver que poco a poco voy a tener que andar por mundos protocolarios yo sola (además de ver unas cuantas películas históricas y alguna que otra serie de viajes en el tiempo, ya conocéis mi "kryptonita"...) me llevó a imaginar cómo sería vivir del 1518 en adelante, época de Don Carlos, futuro emperador, "el extranjero", recién llegado a España. Una España muy diferente a la de ahora, aunque no tan alejada de lo que hoy en día somos. Y tanta imaginación me derivó a Internet, maravillosa fuente de sabiduría que tantos quebraderos de cabeza (y alguna que otra apuesta en algún bar) ha solucionado en 0'42 segundos. 

Gracias a esa fuente inagotable de documentos, una página me llevó a otra y descubrí un fragmento de un libro del cual no he podido indagar más que el año y el autor, curiosidades de la vida el título permanece escondido para mí (si alguien consigue dar con él por favor ruego me lo comunique). El susodicho autor, D. Gonzalo Miguel Ojeda, cronista burgalés del S.XX del que desconocía completamente su obra e investigación y del que a partir de hoy me declaro fiel lectora, explicaba en 14 páginas las diferentes visitas de Don Carlos a mi queridísima ciudad de Burgos que, como sabéis, es la "tierra sagrada donde yo nací [riéndome estoy porque, para que alguien que sea de fuera de Burgos entienda esta broma, la tiene que buscar en Internet - os dije que era una fuente inagotable de sabiduría -] y el suelo bendito donde moriré". Como sabéis que tengo una cabeza pensante que solamente ve protocolo allá donde va, todas las palabras que leía me derivaban al título que hoy os he presentado en el blog, la crónica de un evento no anunciado. 

Y es que hoy en día es inviable para cualquier organizador de eventos que no se acompañe al evento en sí de una buena campaña de Marketing y Comunicación, o que no se convoque a los medios para que cubran la noticia. Pues bien, queridos lectores, en el año 1520, y con apenas un par de días de antelación, la ciudad entera de Burgos, estamos hablando de una población de 25.000 habitantes en la época dorada de la Edad Media burgalesa (primera mitad del siglo XVI) se engalanó absolutamente para recibir a parte de la comitiva del entonces rey "extranjero" de Castilla. 

19 de febrero de 1520 (sí, mamá, fíjate, casualidades de la vida, un día después de tu cumpleaños de hace casi 500 años, el emperador de prácticamente el mundo entero visitó nuestra ciudad) entra Don Carlos por una de las principales puertas de la ciudad hacia lo que hoy en día es el casco antiguo de la ciudad:

Entrada de la comitiva a la ciudad de Burgos
"Llegado a la puerta de San Martín con toda su comitiva, donde era esperado por las autoridades y vecindario para aclamarle, se adelantaron el Merino mayor, Don Juan de Rojas, y el escribano mayor, Don Juan de Zumel, para pedirle juramento de guardar todos los fueros y privilegios de los burgaleses.". ¡Primer apunte! Leed bien: le reciben el Merino mayor y el Escribano mayor, asimilemos cargos. El Merino mayor era un cargo directamente nombrado por el rey, en cuya persona recaía la labor de gestionar las tierras, las cuales se le encomendaba "cuidar". Además tengo entendido que tenía alguna que otra función militar y administrativa (sobre todo económicamente hablando) y por supuesto era una persona de la alta nobleza la que ejercía esta labor. Y luego tenemos al escribano mayor, que figura como tal en esta escritura pero que, investigando un poco más a fondo, he descubierto que el Dr. Zumel (llamado doctor en el sentido formal de la palabra, no literal) no figura en las escrituras como escribano mayor , sino como escribano de concejo que, asimilado a un cargo actual, viene a ser como el presidente del pleno de un Ayuntamiento. Por lo que reciben "a pie de caballo" el que actualmente sería el poder judicial y el poder legislativo... No se aleja tanto de la actualidad, ¿no? Por cierto, *spoiler alert*: Carlos I juró ante el Dr. Zumel los fueros y privilegios de Burgos. 

Sigamos un poco más...


"En aquel momento se adelantó el Alcalde mayor, Don García Ruiz de la Mota para rendir homenaje al Rey y dar la bienvenida a todo su cortejo; se franqueó el paso a la comitiva, y pasando bajo arcos de triunfo con alegorías, volteo de campanas y bullicioso clamoreo del pueblo, recorrió las calles del tránsito hasta llegar al Palacio del Condestable donde tenía preparado su alojamiento." ¡Segundo apunte! Debemos saber que el cargo de "Alcalde mayor" no corresponde a los actuales alcaldes. Los Alcaldes mayores se dedicaban a temas jurídicos de una circunscripción o concejo, estando por debajo, si no me equivoco, del Merino mayor anteriormente nombrado. Por tanto, es normal que éste saludara posteriormente al monarca, como el protocolo de la época mandaba. Sabemos también, en temas de producción y logística, que la ciudad se engalanó con arcos decorados, las campanas sonaban y se agolpó todo el pueblo en las calles, hasta el Palacio del Condestable (conocido también como la "Casa del Cordón", famosísimo lugar en el que se recibió a Cristóbal Colón a su llegada por segunda vez de las Indias, años atrás). 

Actual fotografía del Palacio del Condestable, conocido popularmente como "Casa del Cordón"

Prometo acabar...

"El vistoso cortejo que seguía al Soberano, entre el que destacaba el Regimiento de la Ciudad cabalgando sobre mulas guarnecidas de terciopelo de plata y pendones alzados, lucía ricos trajes de gala, de raso color carmesí, mangas orladas de martas cebellinas, gorras de pelo carmesí, grandes cadenas y collares de oro y medallas, todo lo cual llamó la atención del Rey, quien manifestó su alegría por ver a la Corporación tan ricamente ataviada, demostrando con su elegancia, saber ostentar el título que gozaba la Ciudad de ser Cabeza de Castilla." ¡Tercer apunte! El regimiento de la ciudad era básicamente el asimilado al ejército actual, más concretamente el de Tierra, que se vistieron con el traje de gala para honrar al rey, que quedó sorprendido por la pompa y lo cuidadoso del evento, pero cómo no iba a ser así, ¡Don Carlos!, si estáis vos en la ciudad que fue Cabeza de Castilla...

"Aquella misma noche y las siguientes, se iluminaron las calles con farolillos de colores, y durante los demás días, hubo fiestas de toros, justas, cañas y banquetes." ¡Último apunte, lo prometo! El cortejo entero disfrutó de nueve días de fiestas incansables, pues la visita del monarca merecían tal despilfarro...¿no?

Representación justas en la Edad Media

¿Os ha gustado? Espero que os haya resultado tan entretenido y curioso de leer como a mí de investigar. Evidentemente no he podido escribir todo acerca de las visitas que realizó Carlos I a Burgos, pues fueron muchísimas y cada una distinta a la anterior, tanto en fondo como en forma. En cualquier caso, os dejo un link con el fragmento de libro que os comentaba, por si quisierais echarle un vistazo y cotillear: http://riubu.ubu.es/bitstream/10259.4/1376/1/0211-8998_n146_p502-513.pdf
(es un pdf).

Os dejo también grabados originales que recogen la llegada del monarca a la ciudad: http://archivo.aytoburgos.es/burgos/doc?q=actas&start=59&rows=1&sort=fecha%20asc , en los cuales se explica todo el texto que anteriormente os he presentado pero de forma oficial. 

Y quizá prontito escriba sobre más cositas históricas, que me encantan...

Os veo muy pronto... 

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