La "Blanca": origen, ceremonial y etiqueta

¡¡Muy buenas tardes de jueves a todos!!

Un día más estoy por aquí escribiendo... Hoy el blog se llena de tradición y de curiosidades. En anteriores posts prometí traeros un montón de tradición, de etiqueta y también de protocolo, así como un poquito de historia, que seguro os encantará. ¡Allá vamos!

Hace unos meses tuve el maravilloso honor de ser elegida reina de mi peña, la Peña Antonio José, (para los que no sepáis del todo bien de qué se trata, os pongo en contexto: en mi ciudad, en Burgos, tenemos muchísima tradición de pertenecer a peñas, que se podría decir que son asociaciones culturales, recreativas, en las que un grupo de gente que al principio puede ser desconocida para ti, se acaba convirtiendo en prácticamente tu segunda familia, con la que vives las fiestas de la ciudad y otros acontecimientos remarcables en el entorno de éstas y en las cuales se realizan muchas actividades, tanto culturales como festivas). Ser reina de una peña tiene sus pros y sus contras. Pros, te lo pasas de lujo, tanto con los propios "peñistas", como con el resto de reinas de otras peñas, así como tener la oportunidad de representar a tu peña o barrio, como en este caso me ha ocurrido a mí, e igualmente poder presentarte a reina de Burgos y representar a tu ciudad durante un año (puedes presentarte habiendo sido reina de tu peña durante un año). Sin duda, suena suculento, aunque hay mucha responsabilidad por detrás. Los contras que puedo encontrar, que me cuesta encontrarlos, que conste, son que dedicas muchísimo tiempo a la preparación de estos eventos, a encontrar el vestido perfecto y acorde a la ocasión, porque la etiqueta es indispensable en este tipo de actos y debe ser acorde a la época, clase social y evento al que representas o asistes. Aún así, a día de hoy, os puedo decir que está siendo una de las experiencias más bonitas de mi vida.

El domingo pasado tuve mi primer acto vestida con uno de los trajes regionales de la ciudad. Fue una experiencia maravillosa, pese a que tardé en total 1 hora solamente en vestirme y peinarme (a mí me parece muchísimo tiempo...). El acto que se celebró el pasado domingo fue el de la Romería de la Virgen Blanca. Para que nos pongamos un poco en situación, la Virgen Blanca es una fiesta con gran tradición en la ciudad, muchísima gente disfruta de este evento y participa en él y es el pistoletazo previo de salida a las fiestas que se celebran a finales de junio.

Nos remontamos al s.IX. La ciudad de Burgos acaba de ser fundada por el Conde Diego Rodríguez Porcelos (año 884). Una tarde como otra cualquiera, la hija de éste, llamada Sulla Bella, paseaba por las laderas del Castillo de Burgos, cuando de pronto se le apareció la imagen de una Virgen diciéndole que en una cueva cercana a donde ambas estaban, había sido escondida una figura tallada de la propia Virgen, para salvaguardarla de los invasores islámicos, por parte de los cristianos. Sulla Bella acudió a los brazos de su padre, el conde, contándole la historia que a la pequeña le había ocurrido aquella tarde tan pacífica en la que paseaba tranquilamente por las laderas del cerro del Castillo. El propio conde, asombrado por la historia que le contó su hija, acudió a estas laderas investigando con sus tropas cada cueva y cada recoveco que conseguían penetrar, hasta que, en una pequeña cueva cercana al cerro San Miguel, encontraron la misteriosa imagen de la Virgen Blanca. Cuando la encontraron, el conde quedó tan sumamente sorprendido que decidió construir, donde dicen las leyendas había una sinagoga, una ermita en honor a esta Virgen, y allí fue colocada y venerada durante muchos años. En tiempos de la Revolución y con la ocupación francesa, en 1813, las tropas de Napoleón vuelan el Castillo y la explosión es tan fuerte que se destroza por completo la ermita de la Virgen Blanca. Solamente queda en pie la propia imagen de la Virgen que es transladada hasta la Iglesia de San Nicolás de Bari (famosa por su retablo, que os recomiendo que visitéis). Es ya en 1831 cuando se decide instalar la imagen de la Virgen Blanca en la Iglesia de San Pedro de la Fuente, iglesia cercana al castillo.

El evento que se celebró el pasado domingo honra estos acontecimientos y rememora todos los hechos que ocurrieron desde la aparición de la Virgen hasta nuestros días. El acto comienza en la propia Iglesia de San Pedro de la Fuente, donde las autoridades, reinas de peñas, peñistas y gente en general se reúne alrededor de la primitiva imagen de la Virgen, que es transladada a hombros por las laderas del castillo hasta la campa de Nuestra Señora de la Blanca donde se encontraba la entonces ermita en su honor. Allí, y desde el año 1994, se celebra una misa, presidida por el Arzobispo de la ciudad, en honor a esta Virgen donde las reinas de, en este caso el año 2017/18 de Burgos, autoridades (alcalde, concejales...) y reinas de otras peñas, así como presidentes de peñas y grupos folclóricos y otras personalidades se reunen en torno a la imagen de la Blanca, que a día de hoy es considerada la patrona de la ciudad de Burgos. Algunos dirán que la patrona de Burgos es Santa María la Mayor y en verdad no se confunden, aunque cabe remarcar que Santa María la Mayor es la patrona de la diócesis y de la Catedral, aunque comúnmente ha sido apropiada como patrona por la propia ciudad. Tras la misa, se hace un reparto de paella para todo el mundo que quiera acercarse y son las peñas las que hacen la venta de pinchos y bebidas durante la mañana y la tarde.

Para este acto en concreto, se recomienda a las reinas asistir con el típico traje de campesina burgalés, así que se puede decir que esa es la etiqueta solicitada. Tenemos que tener en cuenta que Burgos es una ciudad en la que hace frío y suele llover, especialmente en abril y mayo. La fiesta, que no lo he dicho antes, se realiza el último domingo de mayo y, por lo general, no suele hacer demasiado buen tiempo en esta fecha. Se recomienda ir de campesina básicamente por este hecho: los trajes de campesina que luego veremos más detallados, son más cortos que los trajes de gala, de serrana o de burgalesa, debido a que los utilizaban las mujeres para ir al campo. Había barro, tierra y plantas y era muy común mancharse, por eso se utilizaba el traje de campesina, para que no rozara la tela con el suelo y evitar manchas. A continuación, os muestro una infografía de cómo fui vestida el domingo para que podáis ver bien cómo es un traje de campesina:

Un apunte que debo hacer es que evidentemente, queda prohibido llevar un maquillaje llamativo (es recomendable el pintalabios marrón o carmín, ya que era el único tinte que existía en la época y las uñas en tonos rosas carne o manicura francesa), así como accesorios propios de nuestra época: relojes, pulseras llamativas, anillos grandes... Del mismo modo, por debajo del vestido se lleva otra saya para que haga más grande la cadera (cuestión que se consideraba de salud en la época) o un tontillo, que es una estructura redonda, medio ovalada que se coloca  alrededor de la cadera haciéndolas mucho más anchas. Igualmente, por debajo de la segunda saya, se llevan pololos y cancán, que hacen más abultado al vestido.

Mi reina pequeña, Celia, que encima de ser un amor de niña, se porta como una mujercita ya y es una preciosidad y a la que le envío un abrazo enorme y mucha suerte en ese trabajo que tiene que presentar sobre los trajes burgaleses (espero que esto te pueda servir, cariño), iba vestida de serrana, que también es una opción correcta para este tipo de evento. Vamos a ver cómo iba... 


Sin duda el mundo de los trajes regionales es muy amplio y desconocido. Yo, he de reconocer, que hasta este mismo año desconocía por completo todas estas cuestiones de etiqueta y gracias a libros, investigaciones y a Beatriz Robledo, que, aprovecho para decirlo, es la mamá de la reina infantil de Burgos, Irene (un besito, preciosa mía, lo vas a hacer fenomenal en estas fiestas), que me ha ayudado muchísimo con la preparación de los trajes, he llegado a entender un poco más las tradiciones de la época y por qué se lleva una cosa u otra en diferentes actos. 

Es necesario que conozcamos las tradiciones de nuestras ciudades y en las tradiciones también recae la etiqueta y el protocolo en los diferentes actos. 

Espero que os haya gustado y aunque haya gente que lea este post y no sea de Burgos, se haya sentido por un momento un poquito burgalés y que por supuesto se anime a venir a las fiestas (del 28 de junio al 8 de julio a Burgos) que seguro les encantará y vivirán que viajan a otra época llena de trajes abultados, zapatos imposibles y mucha mucha tradición y protocolo!!

Un saludo a todos y el próximo jueves os vuelvo a escribir más tradiciones y etiqueta!!

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